Esther Gilman fue una mujer de múltiples talentos. Creció absorbiendo lo que emanaba del mundo cultural en Nueva York durante la época de oro de los 50´s y 60´s.
Descubriéndose a sí misma como artista en una época y lugar donde había mucho para aprender, pudo florecer artísticamente.
Esther Morgenstern nació el 13 de agosto de 1922 en Cleveland, Ohio, hija de padres inmigrantes Ruso-judíos. Siendo una niña, independiente y teniendo mucho ánimo, empezó a dibujar. Las tardes dominicales. se reclinaba en el piso de la sala y copiaba dibujos de las tiras cómicas. Luego, acudía a clases de arte en la Liga de Comunistas Jóvenes. Después de graduarse de la secundaria, pasó un año en la Escuela de Arte de Cleveland, y entonces se trasladó a la Universidad de Wisconsin y después a la Universidad de Michigan. Matriculada en clases dirigidas más hacia las artes comerciales que plásticas, y teniendo poca inspiración, decidió dejar sus estudios en 1944, un año antes de terminarlos.
Desilusionada de lo que había sido su mayor afición, fue a Nueva York a estudiar danza. A pesar de la consternación de su padre, que insistió en que se metiera bajo el cuidado de un psicoanalista, se instaló en un apartamento de 25 dólares mensuales en la calle Morton de Greenwich Village donde estudiaba danza moderna con la maestra pionera afro-americana Pearl Primus. También tomaba clases de danza flamenco y clásica ensayando (sin éxito) para el elenco de Brigadoon en Broadway. Al mismo tiempo, continuaba tomando clases particulares de pintura y dibujando en el Art Student’s League of New York; durante ese tiempo sus mayores influencias fueran Arshile Gorky, así como los modernistas mexicanos Rivera y Tamayo. Durante un periodo, desarrolló un interés serio en la cerámica, pero «el anhelo de pintar» siempre continuaba en su vida. Esther diría luego en una entrevista: «no me importaba mucho la acumulación de dinero, posesiones ó sostener viejas tradiciones.» Estaba rodeada de jóvenes individualistas de varios campos, llegando a ser amiga cercana de Wally Cox entonces un joven joyero y actor desconocido y compañero de apartamento con Marlon Brando con quien Esther mantuvo una breve relación.
En 1947, ella hizo lo que sería el primero de muchos viajes a México. En el mismo año conoció a un vecino, el poeta y escritor Richard Gilman con quien se casó en 1949. Viviendo de un subsidio mínimo que su padre le otorgaba, y de las pocas ganancias de Richard como periodista, los dos viajaba con frecuencia a México y decidieron, en 1951, escaparse del ambiente opresivo de «Macartismo» e irse a Europa. Luego de viajar por Francia, se instalaron en Florencia en un piso localizado frente al Palacio Pitti, pero no resultó como la pareja joven lo esperaba. Siendo demasiado difícil adaptarse a otra cultura e idioma, regresaron a Nueva York y en 1952 se separaron. Al mismo tiempo durante una crisis de fé religiosa, ambos se convirtieron del judaísmo al Catolicismo, integrándose a un grupo vanguardista de la comunidad artística que incluía amigos del famoso monje y escritor Thomas Merton. Aunque haciéndolo con propósitos serios,ambos experimentaron poco a poco una pérdida de fé, pero no lo suficiente fuerte como para abandonar por completo sus creencias, aunque al fin renunciaron al catolicismo. Richard escribió sobre esa época en su libro autobiográfico «Faith, Sex and Mystery» (Fé, Sexo y Misterio) en los años 80. Sin embargo la iconografía del catolicismo se quedó como un motivo constante en la obra de Esther. En 1956, se exhibió su obra por primera vez en Nueva York y a partir de entonces se consideró como una artista profesional. También empezó a estudiar grabado y en 1963 se editó el primero de sus trés libros infantiles, A Little Girl and Her Mother (Una pequeñita y su mamá), escrito por Beatrice de Regniers. Los otros dos fueron Nothing But A Dog (No hay nada como un perro) , una historia feminista sobre una niña y su amor a los perros, y Little Boat Lighter Than A Cork (Un barquito más ligero que un corcho) escrito por Ruth Krauss. Ella realizó algunas ilustraciones para revistas como Jubilee y Commonweal e ilustró un autobiografía de su padre, además de trabajar en varios libros inéditos. En 1958 nació su hijo único, Nicholas, y en 1964 rompió su relación con Richard Gilman. Después se casaría otra vez con el actor Richard Orzel. A los comienzos de los 60´s, a través del trabajo de Richard Gilman como crítico de teatro, Esther se involucraría en el diseño escénico. Trabajando en muchas producciones en el Cafe La Mama, la iglesia Judson y otros lugares de vanguardia y se relacionó con el grupo que abrió nuevas fronteras teatrales, el Open Theatre. También, hacia 1963, comenzó a producir una serie de obras monumentales de «collage-construcción», usando «objetos encontrados», en su mayoría de sus viajes en México; pocas de estas obras, desafortunadamente, sobreviven hoy en día. En 1967 Esther se mudó con su aún esposo Richard Orzel y su hijo a una granja del siglo 19 en Great Barrington, Massachusetts, donde vivieron por 4 años. En este tiempo, estaba trabajando en collages, grabados y pinturas expresionistas. Harta de la responsabilidad de sostener una casa de campo, además de sentirse aislada viviendo en una área rural, volvió a Nueva York en 1971. Ocupó un apartamento en la calle 88 y Riverside Drive donde vivió por el resto de su vida. Esther había coleccionado fotografías de época de la primera guerra mundial compradas en los bazares de Europa, México y los Estados Unidos, al principio usó las fotografías y los «objetos encontrados» para crear «collages».Pero encontraba las dimensiones de las fotos limitadas.
Luego llegó el movimiento de liberación feminista que en sus palabras «me abrió. Por otra parte,yo ya tenia fotos del siglo 19 y principios del siglo 20 que trataban sobre la vida de las mujeres. Acudía a la acuarela para agrandar y combinarlas con artefactos personales. De repente mis cuadros fueron declaraciones sobre la condición humana». Exhibió este trabajo, que sería el más amplio de todos, muchas veces, inclusive en la Galería Razor en el Soho en 1978 y una extensa retrospectiva en Cleveland, su pueblo natal, en 1988.
A comienzos de los 80´s, Esther empezaba a viajar a París, regresando cinco años seguidos al mismo apartamento. En 1984 tuvo una exposición de su trabajo con ilustraciones en St. Amand Montrond.
Siempre habiendo trabajado más cómoda en el realismo, a pesar de algunas largas desviaciones al abstraccionismo en los 50´s y 60´s, volvió a clases en el Art Student’s League of New York a estudiar dibujo y figura clásica..
En 1985, descubrió que tenía cáncer y después de largas y valientes batallas que incluían muchas terapias alternativas, murió en su casa el 12 de marzo de 1989.
Durante los últimos años de su vida como había vuelto su interés en la cultura y arte de México; Pintó un cuadro que marcaría la realización de su trabajo: este fue un retrato de una indígena chiapaneca. Su hijo Nicholas, que ahora vive en México, organizó una exposición retrospectiva en San Miguel de Allende en 1998.
IG: @goodfoodmexicocity
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